El uso del espacio en la oficina no solo necesita ser eficaz, sino eficiente para poder adaptarse a las necesidades del mundo moderno.
¿Cuál es la diferencia? Muy sencillo. No solo basta con que todo esté en su sitio. La oficina debe poseer una organización sistemática para que tus trabajadores estén a gusto y trabajen de forma óptima.
El diseño debe ser cohesivo y coherente
El espacio debe ser lo suficientemente abierto como para que los trabajadores hagan su trabajo sin dificultades, pero de forma que todo lo necesario esté al alcance de un par de pasos como mucho. Hay que evitar que el mobiliario esté muy junto y que tus empleados se topen los unos con los otros cuando realizan tareas.
Al mismo tiempo la decoración debe ser estéticamente agradable, pero al mismo tiempo no tan recargada que resulte asfixiante.
La distribución debe ser lógica
Tiene que haber una clara separación entre los espacios de la oficina. Es recomendable que existan estas áreas y estén delimitadas, ya sea por muros o mobiliario:
- Zona de Recepción
- Zona de Descanso
- Zona de Trabajo
- Servicio
Iluminación adecuada
Toda la oficina debe estar correctamente iluminada y la luz distribuida equitativamente. Se recomienda que sea de tipo generalizado y es preferible que provenga del techo.
Las lámparas están bien, pero lo óptimo son fluorescentes y otro tipo de iluminación halógena que proyecta una luz incolora y que no cansa la vista.
Buena ventilación
Durante los meses de la pandemia es inevitable tener que abrir las ventanas para ventilar. En una situación normal esto sería igualmente recomendable cada cierto tiempo para librarse de un ambiente viciado.
La temperatura de la oficina debería mantenerse siempre en valores templados para que tus trabajadores no se sientan incómodos y trabajen eficientemente. Esto es entre 20º y 25º. A falta de aire acondicionado, en verano esto puede conseguirse mediante ventilación eficiente mientras que en invierno hay que ayudarse con calefacción, estufas, etc.
Mobiliario ergonómico
Hay que asegurarse de que todo el mobiliario ocupe el menor espacio posible y que se adapte correctamente a las necesidades de la oficina y los equipos de trabajo.
A su vez, es necesario que los empleados se sientan a gusto trabajando. Las mesas, sillas y armarios deben ser cómodos y fáciles de usar además de estar bien ordenados y posicionados para no entorpecer el ritmo de la oficina.